Protección de datos en la asistencia sanitaria, para que esté seguro
Dado que la enfermería está adscrita al ámbito médico, la confidencialidad médica también se aplica en este caso. No obstante, la ley de protección de datos desempeña un papel fundamental.
El tratamiento de datos sensibles de los interesados requiere un alto nivel de atención.
En la residencia
Por lo general, los puntos más importantes ya deberían estar incluidos en el contrato de asistencia. Sin embargo, los residentes pueden decidir por sí mismos qué datos quieren revelar y qué ocurre con ellos. Si, por ejemplo, se cuelgan fotos de los residentes en zonas públicas, cada una de estas personas debe dar su consentimiento. La videovigilancia también debe estar claramente etiquetada. Los visitantes y residentes deben ser informados de ello. Por lo tanto, un aviso en las entradas sería lo óptimo.
Dado que cada residente tiene también un expediente asistencial, éste debe guardarse siempre bajo llave. El riesgo de que personas no autorizadas accedan a los diagnósticos, la evolución de la enfermedad o a más datos personales es grande. Por eso, estos documentos deben guardarse siempre bajo llave. Un archivador con llave en una habitación separada es siempre una buena opción. Al fin y al cabo, la desaparición de un expediente de un paciente puede tener graves consecuencias para la propia residencia y el personal responsable. También Empleados los datos están en la cuerda floja. Esto también se aplica a la pérdida de teléfonos móviles de empresa, planificadores de rutas y otros documentos relevantes.
La atención ambulatoria
Los requisitos de la asistencia ambulatoria son idénticos a los de la residencia de ancianos.
El personal de enfermería está siempre sujeto al deber de confidencialidad. Incluso los familiares de la persona afectada sólo pueden recibir información sobre diversos detalles del proceso asistencial y el estado de salud tras el consentimiento de la persona. Si el cuidador o cuidadora cambia, por ejemplo por turnos, vacaciones, enfermedad o cambio de servicio asistencial, hay que tener especial cuidado al transmitir los datos. El intercambio de información es inevitable. Sin embargo, sólo debe compartirse la información del paciente que sea realmente necesaria y relevante para la asistencia. A medida que el cuidador va conociendo muchos detalles de la vida de la persona, debe sopesar bien qué compartir con los demás. Para muchas personas mayores, el cuidador es en parte también un buen amigo. Y como pasa en la vida, a un "amigo" le cuentas más y al otro menos.