En 2019 saltó a la luz pública un importante escándalo de protección de datos relacionado con Siri, el sistema de asistencia por voz de Apple (con sede en California). En aquel momento, los empleados de las subcontratas de Apple denunciaron cómo las grabaciones de audio de Siri eran analizadas por los empleados y cómo se hacía caso omiso de la protección de datos en el proceso. Las grabaciones contenían a menudo detalles muy íntimos, información personal o incluso comprometedora que permitía identificar a la persona.
Como resultado, se presentó ante los tribunales una demanda colectiva en la que se acusaba a Apple no sólo de violar la ley de privacidad de California, sino también de incumplimiento de contrato en relación con la Ley Federal de Escuchas Telefónicas, que regula los requisitos de privacidad en torno a los servicios de comunicaciones, así como de competencia desleal.
¿Qué ha pasado?
La acusación contra Apple es que el asistente de voz Siri escuchaba demasiado. Normalmente, se pide al sistema mediante las llamadas "palabras calientes", como "Oye, Siri", que realice grabaciones de audio y las evalúe en consecuencia.
En el presente caso, sin embargo, empleados de subcontratistas de Apple revelaron que Siri grababa y analizaba datos incluso en situaciones en las que se suponía que no debía escuchar, y transmitía la información correspondiente a terceros. Los terceros utilizaron los datos principalmente con fines publicitarios.
Por ejemplo, algunos demandantes en la acción colectiva informaron de que recibieron anuncios del tratamiento comentado después de conversaciones con un médico o anuncios de un restaurante después de conversaciones privadas sobre ese restaurante.
En estos casos, Apple habla de una "activación involuntaria" del asistente de voz. Inmediatamente después de las acusaciones en 2019, Apple también detuvo la evaluación de las grabaciones de audio de Siri por parte de los empleados y mantuvo la perspectiva de mejoras en la protección de datos. Sin embargo, al final del mismo año, se volvió a realizar un análisis humano si el usuario daba su consentimiento para que se siguiera procesando una vez. Según declaraciones de la propia Apple, ya no evalúa las grabaciones realizadas sin querer, sino que las elimina inmediatamente. Además, se supone que sólo los empleados de la propia empresa tienen acceso a las grabaciones de Siri.
Los usuarios siguen sin conocer sus propias consultas a Siri. La supresión de estas consultas y de los datos asociados también parece posible de forma muy limitada.
Desarrollo en los tribunales
El juez competente ha admitido a trámite la demanda colectiva. Sólo hubo que suprimir la acusación de competencia desleal. Ahora Apple debe responder ante los tribunales a las acusaciones sobre protección de datos.
Ya se han presentado denuncias similares contra los sistemas de asistencia por voz de proveedores de la competencia, como Google y Amazon, contra los que se han iniciado procedimientos similares en Estados Unidos bajo la dirección de los mismos abogados defensores.
Los resultados aún están pendientes.
Las investigaciones también son necesarias en la UE
Un denunciante de la empresa Apple exige ahora también consecuencias para la protección de datos de Apple en la UE. En su opinión, exponer las acciones y asumir las consecuencias es tan importante que rompió su acuerdo de confidencialidad con el subcontratista para hacerlo.
Escribió una carta abierta a las autoridades europeas de protección de datos y al Supervisor Europeo de Protección de Datos. La carta pide que se investiguen las prácticas pasadas y presentes de la empresa y que se revisen todos los datos recopilados.
No limita sus exigencias y sus preocupaciones a Siri, de Apple, sino que las hace extensivas a todos los sistemas de asistencia por voz.
Queda por ver si esta investigación (judicial) también tendrá lugar en la UE.