Información en el hospital
Por supuesto, una visita al hospital no siempre es agradable. Especialmente cuando te encuentras en una situación que requiere toda tu energía y atención. Este es exactamente el momento en el que tiene en mente algo más que leer y firmar numerosos papeles.
Tal vez le resulte familiar esta situación: recibe una carpeta con una solicitud de firma a tiempo. Usted hojea rápidamente el texto, marca Sí, luego No, y tras unos cuantos pasajes más llega al campo de la firma. Después de rellenarlo todo, devuelve la carpeta. Márcalo. Rápidamente lejos con él. Pero después, ¿sigues sabiendo lo que has firmado?
Lea atentamente.
Como de todas formas no te encuentras bien, te alegras de tener tu tranquilidad.
Todo irá bien.
Es esencial leer atentamente los formularios de consentimiento, el contrato hospitalario y otros documentos. Tú decides si se transmiten datos importantes. Ya sea a la compañía de seguros médicos, a los médicos que continúan el tratamiento, a las farmacias o a los centros de rehabilitación. Todos están dispuestos a recibir la mayor cantidad de datos posible. Pero, ¿es necesario?
Tú decides quién, cómo, qué y para qué. Por supuesto, estas oficinas necesitan información importante sobre el diagnóstico para poder coordinar el curso posterior del tratamiento. Pero sólo lo más necesario. Si, por ejemplo, no está satisfecho con su médico de cabecera en este momento y de todas formas está pensando en cambiar de médico, es bastante desfavorable que se le informe sobre el diagnóstico y el tratamiento posterior. Así pues, fíjese bien en quién introduce en los campos previstos a tal efecto.
¿Y familiares?
De nuevo, quién recibe la información, puede ser notificado y quién no. Tú decides. Sin embargo, no se trata de una innovación, sino que ya se aplicaba antes. Todos los médicos y el personal de la clínica están sujetos al secreto profesional. Sólo pueden transmitir información a otras personas si el paciente les ha eximido expresamente del deber de confidencialidad.
Si un paciente ya no es capaz de tomar una decisión al respecto, no ha dejado una declaración de confidencialidad o un testamento vital, de todos modos podría resultar difícil para los familiares. La consecuencia puede ser un tratamiento poco concluyente.
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