La organización de protección de datos "Noyb" del activista austriaco Max Schrems ha presentado una denuncia contra los correos publicitarios de Google ante la autoridad francesa de protección de datos CNIL. El objeto de la denuncia son los correos electrónicos de publicidad de pago que Google muestra en las bandejas de entrada de los usuarios en lugar de filtrarlos como spam como el resto de la publicidad. Sin el consentimiento de los usuarios afectados, este procedimiento infringe la Directiva sobre privacidad electrónica.

Aquí encontrará todo lo que necesita saber.

¿De qué se acusa a Google?

Google ofrece a los usuarios su propio buzón de correo con Gmail. En este buzón, la publicidad se marca automáticamente como spam y deja de aparecer en el buzón general.

Los usuarios pueden dar su consentimiento por separado para recibir correos electrónicos promocionales. De este modo, no se marcarán como spam.

En el Notificación de recurso la organización de protección de datos "Noyb" señala que a los usuarios también se les muestra otra publicidad disfrazada de correo en sus bandejas de entrada, independientemente de que hayan dado su consentimiento a los correos publicitarios. Estos "correos" aparecen entonces en la parte superior de la bandeja de entrada y están marcados con la palabra "publicidad" al principio del asunto. Sin embargo, no se muestra ninguna fecha para estos "correos".

Según la organización de protección de datos de Max Schrems, se trata de una forma de marketing directo por correo. Esto es ilegal según el artículo 13 de la Directiva sobre privacidad en las comunicaciones electrónicas.

¿Está permitida la publicidad por correo electrónico?

Si un usuario ha dado su consentimiento para recibir correos electrónicos publicitarios específicos, éstos están permitidos. En el caso que Schrems acusa a Google, sin embargo, se trata precisamente de publicidad disfrazada de correo electrónico que el usuario no ha consentido.

La organización de protección de datos de Schrems también hace referencia a una Sentencia del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas (TJCE), que trataba de la publicidad disfrazada de correo electrónico. Según el TJCE, la denominada "publicidad en la bandeja de entrada" sólo está permitida si el usuario ha dado previamente su consentimiento expreso. Habría riesgo de confusión con correos reales y el usuario podría ser redirigido a una página publicitaria contra su voluntad. Además, en la citada sentencia, el TJCE consideró que la visualización de este tipo de publicidad disfrazada de correo era publicidad directa en el sentido de la Directiva sobre intimidad en las comunicaciones electrónicas y que la publicidad en la bandeja de entrada era comparable a los correos basura no permitidos.

En el caso de Gmail, "Noyb" también señala que la publicidad disfrazada de correo no reenvía al usuario directamente a la página de publicidad como en el caso resuelto por el TJCE, lo que estaría aún más cerca de la publicidad directa.

¿Y ahora qué?

La organización de protección de datos "Noyb" en torno a Max Schrems ha presentado una denuncia ante la autoridad francesa de protección de datos CNIL. Aún no está claro en qué medida Gmail realiza este tipo de publicidad en otros países. El hecho de que la denuncia se haya presentado en Francia también puede tener algo que ver con el hecho de que la CNIL ya haya impuesto multas millonarias a Google en dos casos.

Queda por ver cómo le irá a Google esta vez.

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